En el
Antiguo Testamento se planteaba que la riqueza y la pobreza provenían de
Yahvéh, motivo por el cual se consideraba que los dos conceptos eran
correlativos más que excluyentes, es decir, la riqueza y la pobreza formaba
parte de los designios divinos y por lo mismo, no se les podía juzgar desde el
aspecto económico sino desde el ético, motivo por el que la riqueza se
consideraba un “bien relativo”, en tanto que la pobreza se concebía como un
“mal relativo”. Se le daba mayor importancia a la riqueza, debido a que se le
reconocía como una “recompensa divina” y un “bien apetecible”, al que sólo
tenían acceso los hombres virtuosos y temerosos de la divinidad. Aunque se
reconocía que Dios otorgaba la riqueza, también se mencionaba que el hombre
podría adquirirla por su propio esfuerzo. Sin embargo, se hacía la advertencia
de que este “bien magnífico” podía tornarse peligroso, cuando se adquiría de
manera injusta o se ostentaba con orgullo. Lo contrario sucedía con la pobreza
que, según el discurso bíblico, era provocada por la ociosidad y la búsqueda de
placeres de los hombres. El rechazo a la indigencia material se explicaba en
función de que ésta evidenciaba la pereza de la humanidad. Así, existen tres
conceptos para referirse a esta condición: (pobre), (necesitado) y (dependiente, sin recursos, sin apoyo,
social mente débil), pero también apareció el concepto de anawin, que es el
plural del adjetivo hebreo anaw, que expresaría la pobreza espiritual y que
mostraba la actitud del hombre justo que manifestaba humildad, desprendimiento
y confianza ante la divinidad.
Eva Lucero Romero Eufracio.
Eva Lucero Romero Eufracio.
En la imagen se muestra que desde hace mucho ya existía la pobreza, se muestra como las personas pueden llega a quedar por causa de la pobreza, las personas pobres pueden quedar desnutridas a causa de la pobreza ya que como las personas no tienen que comer pueden llegar a morir a causa de ser pobres.
ResponderEliminar